domingo, 21 de octubre de 2018

Me llamo María




Me llamo María, como la virgen, yo también lo era, a mí no me cogió una paloma, me cogió el sistema 
Me llamo María y tampoco hubo consentimiento,
 desde mi nacimiento se me dio un nombre y dos agujeros más, uno en cada oreja, por si los que tenía no hubiesen sido suficientes.
Me llamo María y hablo en nombre de las muertas, de las que no corrieron lo suficientemente rápido, de las que vieron salir de casa pero nunca volvieron, de las desaparecidas, de las abusadas, de las violadas, de las silenciadas, de las descuartizadas, de las que quemaron...
Me llamo María y a mí no me mataron...
 aún, 
pero ya me crucificaron muchas veces, como al cristo, pero no soy hombre, mi crucifixión nunca fue heroica como la de nuestro señor.
Mi crucifixión también tiene viacrucis, todos los días al salir mientras camino por cualquier calle, 
Me agreden y entonces sí soy María,
Soy María Magdalena
A la que apedrean con sus comentarios lascivos y sus miradas nauseabundas 
Me llamo María y también me veneran,
 Me exigen como a una virgen y me condenan como a una puta
Nací con la penitencia entre las piernas
Me llamo María y no quiero ser madre, no quiero ser virgen, no quiero ser sumisa, no quiero ser muerta, no quiero que me acosen, no quiero que me hostiguen, no quiero que me violen, no quiero que me desaparezcan.
Me llamo María y alzo la voz por las que ya no están,
Me llamo María y exijo una revolución.


-N. Saito.

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